Es notable el interés que la poesía oriental viene generando en occidente, citando el caso del chüeh chü  de China y el haiku de Japón. Se ha dicho mucho de la síntesis de su composición, de sus imágenes concretas y simbólicas, de su carácter impersonal y de su capacidad para articular la naturaleza a la intimidad del sujeto. Sin embargo, es lamentable por lo general no reparar en la existencia del sijo (시조), un forma poética coreana que posee semejantes cualidades estéticas y que dice mucho de la sensibilidad artística del país.

En Corea, la sociedad  se enorgullece de sus tradiciones literarias de larga data y valoración. De hecho, una de las más largas tradiciones que se siguen  practicando hasta el día de hoy es el sijo, cuyos orígenes se remontan al final de la dinastía Koryo (918-1392), seis siglos atrás.  Su importancia es incuestionable, pues los poemas sijo están tan vigentes que  son utilizadas de manera recurrente en las canciones, debido a la gran sencillez y expresividad que poseen.

Lee Hwang, uno de los poetas de sijo más famosos, está presente no solo en los billetes de Corea del sur, sino en el arte popular

El sijo: su composición y los poetas que la cultivaron

Las tres características que  hacen único al sijo son su estructura básica, los elementos musicales de acompañamiento y el giro sorpresivo. Así, su estructura contiene entre 40 y 50 sílabas distribuidas en tres líneas de la siguiente manera:

-Línea 1: presenta la situación o el tema del poema. 

-Línea 2: desarrolla el tema con más detalle.

-Línea 3: presenta un "giro sorpresivo" y la conclusión.

Esta estructura tiene como objetivo crear un poema estéticamente "completo" que se despliegue sin prisa. La línea final es muy importante, pues la primera palabra (o las dos primeras) proporcionan una giro en el significado; de modo que dicha lineal final es por lo general subjetiva o personal, mostrándose el hablante lírico más humorístico o proverbial.



La montaña está ahí igual que antes, el agua fluye no igual que antes.
La persona es como el agua. Cuando se va lejos, nunca vuelve.
( sijo de Hwang Yin-ji)

Los grandes poetas sijo fueron Jeong Cheol (1536 ~ 1593), Yun Seondo (1587 ~ 1671), Lee Hwang (1501-1570),  y Hwang Jin-yi, siendo sus escritos publicados durante la dinastía Choson, época de auge donde dicha forma poética reunió alrededor de dos mil poemas. No es de extrañar que esta amplia producción presentase distintos temas, acorde a las perspectivas  de sus poetas. Así, se destaca desde el tema religioso y filosófico, la contemplación de la naturaleza hasta el tema amoroso.

Los poetas sijo Yun Seondo, Cho Mong-ju, Hwang jin-yi y Jeong Chol
(de izquierda a derecha)


El sijo y la postura política

Al ser el sijo una escritura propia de la aristocracia intelectual está mantuvo en sus inicios  una tendencia hacia la contemplación filosófica confuciana y la promoción de valores confucianos como: la lealtad, la piedad filial, el respeto y la humanidad. En ese sentido, el sijo permitió expresar los pensamientos respecto a la realidad contemplada, por lo que puede verse como un vehículo para el comentario político y la crítica social. Esto es así cuando pensamos en Chong Mong-ju (정몽주), el poeta que hizo célebre la frase "no serviré a un segundo rey aunque me crucifiquen cien veces", y que  es recordado por su reticencia a favorecer el  golpe de Estado que marcó el comienzo de la dinastía Choson. Su poesía es el ejemplo por excelencia de la lealtad confuciana y el sacrificio, algo que se refleja en los sijo que compuso. El siguiente poema es el más famoso de su repertorio:


Aunque yo muera y muera de nuevo; aunque yo muera de cien muertes;

mucho tiempo después de que mis huesos se conviertan en polvo; si mi alma existe o no;

mi único corazón rojo, por siempre y siempre fiel a mi Señor, nunca se desvanecerá

이몸이 죽고 죽어 일 백번 고쳐 죽어

백골이 진토되어 넋이라도 있고 없고

님 향한 일편단심이야 가실 줄이 있으랴.


Como se observa, en este poema el cuerpo se separa del espíritu del individuo para expresar fidelidad, sobre todo por la última línea que refiere "un solo corazón rojo", símbolo de su sacrificio.Esta es la expresión de la vida confuciana que es fiel a una dirección ideológica, lo cual también demuestra la actitud de los intelectuales de élite que se enfrentan a la sociedad cambiante.


El sijo y la contemplación de la naturaleza

Aparte de eso, el sijo  también exploró el sentido metafísico  de la naturaleza, pues los poetas vieron en el orden natural un modelo moral e intentaron construir una sociedad virtuosa, basada en su armonía. Esto formaba parte del objetivo principal del confucianismo, que era desarrollar la bondad del hombre.  Ejemplo de esto fue el poeta Lee Hwang (이황) , quien en su sijo examina la esencia de la situación humana a través de la naturaleza:


¿Por qué la montaña azul es siempre azul 

y el agua del río fluye incesante todo el día y la noche? 

Nosotros también seremos así eternamente.


Este  sijo apela a la esencia de la montaña (quietud) y el río (movimiento)  para en su equilibrio sugerir un determinado comportamiento  ético al individuo, como la ecuanimidad ante situaciones adversas. Esta temática fue retomada luego por Yun Seondo (윤선도), quien  nos dio el retrato más detallado de una vida idealizada en armonía con la naturaleza. Su pieza maestra se tituló "La canción de los cinco amigos" (오우가), y en esta plasmó un elogio a los cinco elementos naturales:  agua, pino, bambú y la luna. El sijo inicial da cuenta de su relación: 


Tú preguntas ¿cuántos amigos tengo? Agua y piedra, bambú y pino. 

La luna sobre la colina oriental es un compañero alegre. 

Además de estos cinco compañeros, qué otro placer debería pedir.

내 벗이 몇인가하니 수석과 송죽이라

동산에 달오르니 그 더욱 반갑도다

두어라, 이 다섯 밖에 또 더해야 무엇하리


Como se observa, este poema describe la armonía alcanzada entre el sujeto y su entorno, con el cual ha establecido vínculos afectivos. La opción por una vida ascética alejada del caos de la sociedad, marca la imagen típica del aristócrata-erudito en aquel período.


El sijo y la expresión amorosa

Y si la naturaleza es parte de la temática, también lo son los sentimientos como el amor y el anhelo. En aquellos días, las mujeres coreanas también utilizaron el sijo para expresar sus sentimientos a sus seres queridos, libre de la gobernanza política y social. Hwang Jin-yi (황진이), la más famosa gisaeng (mujer educada con el fin de entretener y acompañar a los aristócratas) del siglo XVI, compuso exquisitos poemas de amor. Los sijos que compuso a menudo describen la belleza de sitios geográficos o la tragedia personal de sus amores. Un tema común de la poetisa es querer a alguien que está ausente, y desear su regreso, tal se observa en el poema siguiente:


La noche más larga del año la corto por la mitad

y la guardo en el colchón del viento de la primavera

para sacarla cuando venga mi amante.

동지달 기나긴 밤을 한 허리를 버혀 내여

춘풍 이불 아래 서리허리 넣었다가

어른 님 오신 날 밤이여드란 구부구비 펴리라


En este sijo  la imagen central es una noche eterna, fría y sin amor que se transforma, por el deseo del hablante lírico, en una cálida noche de primavera, amor y alegría. El proceso de desentrañar la fría noche suscita una combinación que contrasta  imágenes cálidas y frías, perpetuas y transitorias, pues mientras el tiempo de la vida natural es transitorio (como las estaciones que se suceden unas a otras), el tiempo del individuo  es eterno por los sentimientos que se desprenden de él.Por tanto, el amor que Hwang Jin-yi postula es un amor trascendente en espacio y tiempo. Fuera de los sentimientos, el hombre solo está determinado por lo transitorio, tal como plasma en el siguiente poema :


Las montañas son las mismas que en los viejos tiempos,

pero las corrientes no son las mismos;

ellas siguen fluyendo día y la noche,

así que no pueden ser iguales.

Los hombres de fama son como las corrientes;

una vez que se ha ido, nunca regresan.


Al igual que los intelectuales del período, Hwang Jin-yi hace válidas las ideas del confucionismo, en especial aquella que refiere que en el universo, el ser humano es solo un fragmento temporal. 



Bibliografía

McCann, David R. Early Korean Literature: Selections and Introductions. New York:Columbia University Press, 2000. 

Rutt, Richard. The Bamboo Grove: An Introduction to Sijo. Los Angeles, CA: University of California Press, 1971.